Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

viernes, 28 de agosto de 2009

Preludio en verde


Cielo en el horizonte
de color rojo sangre,
ocultándose a lo lejos
trayendo abrumadoras penumbras.

El sol muere tras el paisaje,
desparece tras campos verdes,
dándole paso a la oscuridad
en aquellas montañas celestes.

No hay más lumbrera
que destelle su luz perpleja
sobre este inhóspito lugar,
ahogado en las sombras.

En medio de mi noche tranquila,
agobiado en soledad perpetua,
acompañado de una luna sin brillo,
de tonalidad verde perdido.

Atravieso mi senda,
decidido a no resignarme a vivir,
siendo testigo la misma luna,
que se encuentra junto a mí.

Camino sobre sangre vinotinto,
destrozo cadáveres violeta,
obstáculos que solo esperan
por mi rendición eterna.

Deseoso de por fin,
librarme de esta noche sin ti,
continúo luchando entre prados,
alguna vez verdes claro.

Inmaculada luna de oscuro verde,
¿Añoras ser mi guía asta la luz?
se me es imposible continuar,
si tu no estas en este lugar.

Necesito de ti lumbrera muerta,
de tus lágrimas sofocadas,
de tu sonrisa ilustre,
para no rendirme en mí castigo.

¡TU! que osas acompañarme
en este presagio de miseria,
nos encontramos luchando juntos
por encontrar la vida eterna.

En esta noche sin estrellas,
de almas perdidas en hipocresía,
tu y yo, añorando vivir
en una felicidad inmerecida.

Observo a tu lado el horizonte,
ahora color azul tenue,
brindándonos esperanza
en un mundo perdido en la muerte.

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