La interminable decadencia a tus espaldas
deseando atraparte en su celda de esclavitud;
es la causa de tu inexpresivo rostro,
de tu helada tempestad que en el refleja.
Miedo en tu sonrisa, dolor sobre tu enigma,
impulsos de un alma soportando su cruz,
que no halla mas escapatoria en su escondite,
atrapada y ciega, por la agonía que reprime.
Lagrimas que jamás se muestran al sol,
llanto nunca escuchado por el aire que exclamó.
Secar las gotas que corren por tu alma,
silenciar los gritos de tu corazón.
Apagar el pasado que te destrozo,
es el aliento por no callar mi voz.
Iluminar el futuro que te esperara,
es la Luna que cada noche me levantara.
La eterna esperanza posada frente a nosotros,
es el deseo por entregarte mi libertad,
la fuerza que me impulsa a derrocar la oscuridad
que enclaustra tus ojos ocultos.
Sombras que se atraviesan en mi camino,
que clavan sus espinas sobre mi piel,
para alejarme de mi única felicidad,
enterrándome en su desierto de soledad.
Vida paciente camuflada por nuestra actual muerte,
busca respirar entre el veneno que nos entristece.
Espera tras las sabanas de nuestra gran esperanza,
ruega porque su sufrimiento no la destroce.
Amor, que hoy abriga a dos almas perdidas,
que las cuida en su lecho de rosas blanquecinas.
Amor que nunca se ira, siempre en su corazón existirá,
de las espinas y el dolor, el a los dos alejara.
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