Mírame, bella de ojos taciturnos en preciosidad,
mírame y recordaras a la noche por la oscuridad
que se camufla en mis ojos negados a tu atención,
a mi rostro camuflado por las nubes de la melancolía.
Un instante en que tu tenue mirar se pose
sobre un ser fuerte en su inalcansable interior,
tu corazon, mas no tu alma, sera la Luna
que inicie su brillar en su perpetua penumbra;
No enternesco flor alguna en el deseo de una mujer,
no recojo el atractivo del cielo inmaculado,
pero concedo amor para el escaso deleite
de los sueños muertos de una dama en sus frustraciones.
No poseo el verde de las hojas en mis dramáticas pupilas
pero lo entregaría a las tuyas y en él vivirias,
estoy enaltecido por la tragedia infinita en mis palabras
pero en el abrigo de su perenne cariño sonreirias,
consumar tu dolor nunca lo lograría
pero momentos de felicidad sin pensarlo te brindaria.
Posteriormente a vuestro mirar,
discernirás sobre un ser que no posee mucho en él,
pero de un unico hombre que te entregara algo mas en que creer.
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