lo tome del calor que rodeaba su piel,
me extasíe de su cuerpo,
fume del perfume que impregnaba su cabello
y me deleite sin cesar de los labios que me regalaban sus besos.
Me arrebato del frió que caía con la lluvia
al robar trozos de mi ser con sus manos,
sus suspiros y los míos, se fundieron al unisono
cual melodía compuesta por éxtasis.
Exalte su mortal alma al delinear su cintura
con mis dedos
y dibujar sus piernas en mis deseos,
Oh! inmaculada y celestial mujer,
la sentía tal cual sueño placentero,
y te olvide, a ti, mi amor del pasado,
la abrase y mi corazón detuvo tu palpitar;
En ella sumergí mi dolor, mis penas, mis lagrimas;
En ella, abandone toda esquirla de tu amor.
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