Al morir, moriré con una sonrisa en el rostro.
Mi mano la obligara a plasmarse en mis labios,
Empuñara la daga que cerrara mis ojos eternamente.
Se entregara mi alma al polvo
Y mi corazón yacerá en el recuerdo del amor,
Mi sangre como el roció se plasmara en el suelo
Saciando su sed de un interminable dolor.
Mientras mi rostro atraviesa el viento
Y choca con las arenas en el suelo,
Cada último segundo será entregado a tu recuerdo
Para ver en mis gestos el espejo de la felicidad.
El camino que una vez iniciaste terminara
Al hallar la tenue luz de luna
Que le da fin a la agonía de la vida.
Mi melancolía será robada por la noche,
Mi imperfección abandonada en las orquídeas,
Mis errores se olvidaran del día
Y en paz descansara de mí la hipocresía.
Se le entregara mi amor el tiempo
Dejándolo hermoso y perpetuo.
Las lágrimas se extraviaran en el mar
Y caeré en el cielo feliz y muerto.
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