Luna, las noches me abruman
con su despiadada y amarga oscuridad,
el tiempo se desploma sobre mi
maniatando la exhausta espera por ti.
un dolor que de mi alma no se desea olvidar.
Las estrellas se burlan de mi soledad
junto con la belleza del cielo
que en el recuerdo de tu rostro se riega;
La inmensidad del mundo,
que en tu compañía era tan pequeño,
ahora me confina en los rincones
de un vacio infinitamente extenso,
tan extenso como el camino
marcado con las huellas secas
de aquellos sueños perdidos
que solían pasear por él.
Tus palabras plasmadas en mi memoria
me insisten en que aguarde por tu amor,
que no le arrebate los latidos al corazón,
que no llore, porque tu luz brilla aun.
Insignificante mi cualidad más perfecta,
nada la felicidad que tanto se aleja;
Soy la muerte deseando vivir,
la niebla anhelando relucir.
Mi rostro bajo la máscara hipócrita
de las mil mentiras que me aíslan de ti,
todo porque sé que el cielo sin mí,
es paz para ella, es sinceramente feliz.
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