Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

lunes, 7 de junio de 2010

Sigues en mi, seguirás en mi.


Empuño mi mano con la fuerza
que una noche deseaba protegerte,
para evitar dejar escapar
(de mi cuerpo callado e inerte)
la aurora que le robe a tu luz
y que aun se cierne sobre mi cruz.

Las nubes cruzan caminos en el cielo,
y aquí en la tierra, yo me alimento
del color ya opaco en la imagen de tu sonrisa;
Lerdos mis pasos, de mis sueños avergonzados,
ya que por un laberinto te persigo, agotado,
entendiendo de antemano
que no te hallare a mi lado.

Un paso hacia el anhelado infierno
es uno más lejos de ti, espina larga y lacerante,
intento refugiarme en el fuego para sacarte
pues este quema menos que tu amor.

Enamorada, tal vez, de un hombre preferible,
tu cuerpo que a paseado por el de él,
sus palabras adornando tu piel,
pero desearía, que esto fuese lo que me lastimara,
porque lo que duele no es que estés lejos
si no que hallas partido cuando eras parte de mis sueños.
Puedo hacer mil promesas, puedo romper mil más,
pero el escribir sobre ti es un juramento que no dejare atrás.

"Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído." J.L.B

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