Empuño mi mano con la fuerza
que una noche deseaba protegerte,
para evitar dejar escapar
(de mi cuerpo callado e inerte)
la aurora que le robe a tu luz
y que aun se cierne sobre mi cruz.
Las nubes cruzan caminos en el cielo,
y aquí en la tierra, yo me alimento
del color ya opaco en la imagen de tu sonrisa;
Lerdos mis pasos, de mis sueños avergonzados,
ya que por un laberinto te persigo, agotado,
entendiendo de antemano
que no te hallare a mi lado.
Un paso hacia el anhelado infierno
es uno más lejos de ti, espina larga y lacerante,
intento refugiarme en el fuego para sacarte
pues este quema menos que tu amor.
Enamorada, tal vez, de un hombre preferible,
tu cuerpo que a paseado por el de él,
sus palabras adornando tu piel,
pero desearía, que esto fuese lo que me lastimara,
porque lo que duele no es que estés lejos
si no que hallas partido cuando eras parte de mis sueños.
Puedo hacer mil promesas, puedo romper mil más,
pero el escribir sobre ti es un juramento que no dejare atrás.
"Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído." J.L.B
0 comentarios:
Publicar un comentario