Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

viernes, 7 de enero de 2011

Sobre Katalina


Deseaba que la llama de aquella vela fuera eterna,
que se inmortalizara como una inalcanzable estrella.
¿Era necesario que mis labios se expresaran en ella?
Si el fuego en sus ojos hablaba por mí,
si anonadado permanecía mientras me quemaba con su belleza.
Fue así como durante un leve intervalo de tiempo,
mis descuidados ojos a su mirada se rindieron;
Aun en el hechizo lograban observar su alma en concreto
y aunque al momento de expresar cariño no soy experto,
junto con mi cuerpo me obligaba a entregárselo.

Inspeccione su ser sin obtener nada a cambio,
irrumpí en ella como ladrón pero sin hacerle daño,
mi único objetivo fue deleitarme del sol
que la consumía tiernamente en su interior,
pero tan solemne fue mi sorpresa
que sentí ahogarme en su océano de amor,
pero tan infinita fue mi tristeza
que solo añoraba robarme el corazón.

Las oleadas de indiferencia que la bañaban
me arrebataban el aliento, me confundía y desesperaban,
en caprichos de niño se resumían mis acciones,
acciones dominadas por mis mas patéticos temores.

Me jactaba de la tenue dulzura que dejaba escapar,
de su cautivadora, pero engañosa y vivas personalidad,
me permitía envenenar con sus cualidades de mujer,
al sentirla partir supe de lo mucho que debía perder,
a pesar que me en ella muera, duele no volverla a ver.

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