Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

viernes, 11 de septiembre de 2009

Despierta


Dime ¿Que deseas del que ama?,
¿qué esperas observar de mi alma?,
que no hallaras en ninguna otra
oscura y extraña calma.
Pregúntate que extraviaras en ellos,
que extrañaras si te hallas lejos
de la simplicidad y el común
que aguarda el aroma veraniego.
Interroga mi espíritu perverso,
brillara en tus respiros lo especial,
morirá en los ajenos con crueldad
con la mentira cubierta de verdad.
Del fuego de tu incandescente amor
vive la vela derretida en mi corazón;
Del destello que emana tu vida
se alimenta la luz de la razón.
Mi ser escapa de sí mismo,
se aleja de un miedo herido,
el temor de que por mi camino
te secuestre con mi delirio.
Los deseos de la Luna no son mi beneficio,
no son las lagrimas que el sol desvanece
al intentar asesinar lo que a ti pertenece,
son los sueños del fuego incandescente.
No vale nada, Él que quiere dar todo,
no existe tregua entre lo que ha roto.
Si esperas tu sonrisa en el Poeta,
negaras la falsedad que alegre te despierta.

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