Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

domingo, 20 de septiembre de 2009

Ojos hipocritas



- ¡Mírame fijamente! maldito melómano,
asesino de lo que es muerte.
¡Mírame! porque en tus ojos verdes
quedaron atrapadas mentiras.-

-¿Mirarte?
No ocultes lo oscuros que son
los ojos de tu corazón,
de tu alma bajo la tierra
en la que ha sido sepultada;
solo sigue caminando y no hullas
de un espíritu sumamente débil
como lo es el tuyo.

Observa tu reflejo en el espejo,
tu mirada esta sentenciada
como la de un ciego.
Por no querer, por no desearlo,
no ves más que luz ocultando sombras
atravesando las ruinas de la decadencia.

Tus lágrimas sumergen el negro
en tus ojos, queda el verde
adornando tus pupilas como
la hipocresía oculta una mentira;
Es similar cuando tus ojos te mienten
y tu alma en tu mundo vacio se pierde.

Encerrada en tu celda oscura,
te alimentas de la falsedad
que la maldita luz te entrega.
Lloras, ríes instintivamente sin propósitos;
no vez tus ojos porque tú misma
los arrebataste a tu rostro y los arrojaste
a la fortaleza de tu espíritu perdido.

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