Tantos siervos del creador,
son un rebaño dirigido por Dios,
sonriéndole a un cielo sin luz
siguen el fruto de la desesperación.
Felices los hace su vana ilusión,
viven en irreales mañanas de sol,
alegres porque el dolor los hallo
y la oscuridad sus ojos cegó.
Ideologías custodiadas por hombres tras tu aclamación
rezan porque miserables no cesen en tu adoración
y así alimentar la avaricia que se esconde en su religión.
-No me refugiare en la fe de hipócritas-
¡Tú!, hombre sin rumbo en el espíritu,
no existe mejor camino que el que te guía a ti mismo.
Ignora ideas ajenas y construye tu destino
sin permitir que tu fe se convierta en tu asesino.
Dios, eres la esperanza que me enterró
bajo un infierno de mentiras,
eres la sonrisa que en mi boca jamás se reflejo.
Por tus promesas personas agonizan vivas.
Siervos de Satán profesando el paraíso
(son tu sed de supervivencia)
cuando este mundo a la paz es esquivo.
(Tu alma se perderá en esta guerra)
Sus palabras regadas al viento
(Llegaran a tus oídos en silencio)
respiradas por el que se halla sin aliento.
(serás el sordo que desean atrapar)
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