Me encerraste en tu mirada;
en ella logre ver la muerte
tornando tus ojos más oscuros
como si la esperanza fuera inerte.
Seguí avanzando por el túnel
que atravesaba con dolor tu alma;
No halle más que oscuridad
cobijando la inexistente calma.
Tropecé al hundirme en mis pasos,
caminaba confundido por los lazos,
con los que me envolvías tan fuerte
como la tristeza que deseaba tenerte.
Seguían mis huellas las sombras del pasado,
corrían tras de mí para que mi anhelo
lograra ser callado.
Fui enceguecido por el llanto
que despedían tus ojos
al ahogarse en el silencio
que emanaban tus lagrimas frías;
Me derrumbe infinitas veces,
pero mi amor no fue derrocado...
me levante mirando a lo lejos
la luz que en ti tanto anhelo.
Solo deseo apaciguar tu agonía,
callar la voz de tus lamentos,
para poder sonreírle a la oscuridad
y observar en ti la esperanza
que en tus ojos no ha muerto.
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