"En versos de tiempos viejos,
veo vidas que gritan en cenizas
y me sujetan precavidas
que un pasado me ha construido,
que Soy viejas historias,
que hieren y matan...
soy lo que fui y seré
fuego fatuo en arroyos cristalinos."
La vida transcurre veloz junto con nosotros, nos atraviesa, nos lastima...la vida avanza sin detenerse en el interior de almas caídas. He visto lágrimas catastróficas correr por los rostros de mujeres aterrorizadas al ver su corazón destrozarse con el suelo, mujeres que nacen niñas para jugar mientras reúnen los trozos de sus sentimientos, en la oscuridad. Extraño es que mienten no temerle a las tinieblas, si estas conspiran al verse fosas de sombras y devoran al que se halla dentro. Una película dramaturga sobre un hijo y una madre que se calcinan en una desgracia se ilumina frente a mí, me hace parte de ella y caigo en aquella escena de cariño y dolor. Miles más, miles menos.
Años me han envuelto en amores infinitos, falsos, pero que flotan en aires de romances pasajeros y muertos. He roto corazones como cristales, pero cada golpe ajeno era una puñalada a mi ser, y se fueron acumulando sin que me percatara de ellos hasta que el tiempo lo permitió y mi vida llego a ser vacía, sin aquel néctar tan preciado llamado amor. Desee mas teniéndolo todo, desee poco teniendo nada; La avaricia me congela, el querer vivir me envenena, entonces vacio finalice.
Una doncella que grita por su amado, un caballero que ha sido despreciado, yo. El amor duele, el amor te permite sentir ese dolor; No le temo al amor, porque en él me refugio y aunque lleno de temor actuó, se que el dolor es exquisito cuando de romance se trata. He llorado, he sonreído, por amor. Entonces mi vida se transformo en trastornos de ilusión y fantasía, que hermoso y futuramente doloroso.
El presente lo quiero soñar así el futuro me quiera destrozar, pero el pasado no me atrapara y escaseara del placer de robarme. Mi vida, vacía y sin caricia se encerró en un ayer solitario, yo no soy parte de esa vida, soy el que duerme en sueños gloriosos.
-No sueltes mis manos, aquí están los sueños.
-No te alejes de mi, deseo soñar.
Una rosa no conoce la lluvia sin haber sentido las nubes de una tormenta, no brilla bajo el sol sin antes quemarse con los rayos que este arroja, porque vivir es morir, y morir es querer soñar.
0 comentarios:
Publicar un comentario