Nadie deseara cruzar
el arcoíris junto conmigo;
Nadie tomara la mano que reposa
sobre el viento que surca este camino.
Una frontera quemada en cenizas
es la cima de mi destino,
el lugar donde mi árbol duerme
en sus sueños mágicos e irrealizables.
Me dirás que aquí te encontraras.
¡Qué valiente mentira!;
Amarme es lo que me juraras.
¡Qué desgarradora promesa!
Guio mis ojos hacia el ocaso
rogando encontrar esperanza,
pero ciego me he quedado
sin luz que cure mi alma.
Una maquina sin Dios,
un ser humano sin fe,
un vegetal que se indigna
cuando en la vida desea creer.
¿Dónde se esconde mi paraíso?
No es junto a ti,
para mi has desaparecido.
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