Mas hoy amor mío,
me has proclamado en la felicidad
al momento de ver un trozo de mi sonrisa
en tus exquisitos labios rojos;
Incluso si el gesto no me consume,
si no mengua para mi rostro...
me embarga de una infinita dicha.
No permitas que la desgracia
sea cultivada en la vida
que te traerá el por venir,
aunque gélida se torne mi alma,
yo por tu corazón seré feliz.
Serán momentos tempestuosos
el cavilar que no eres tú la durmiente
en mis brazos cálidos de cariño.
Dejara de latir mi pecho
al saber que tu piel es derramada
en la boca de un extraño,
que el néctar de tus labios
es consumido por avispas sedientas,
cuando no sea yo el que beba del aroma
que exhala tu cabello oscuro,
en el momento que regales tus versos
que en mis oídos significan vida...
O en aquel instante en que tú palpites
por un tierno hombre que te cuide.
A la distancia, en la estrella más lejana,
te observare cobijada por tus sueños...
y sonreirás, sonrieras en tu belleza.
0 comentarios:
Publicar un comentario