Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

jueves, 8 de abril de 2010

Mis labios son la tinta y tu piel el papel de su poesía.






"Mis labios son la tinta y tu piel el papel de su poesía."

Sincero soy con mí ser derribado,
Con mis palabras y con mis sentimientos apagados.
Soy sincero, una sinceridad calumniada de mentiras,
Tan infinitamente sincero soy
Que no ceso de mentirle al cielo y a la vida.

En un sueño de cerezos y hojas verdes,
Te vi otorgándole calor a mi gélido cuerpo
Mientras mi vida le daba respiros a tu corazón,
Sonreías en el fuego de la Luna blanca
Y yo te escribía sobre la tenue luz en los dos.

Pero de repente las nubes se derrumbaron
Y el cielo se deterioro en un profundo abismo
Con un final en el maldito hastió.
Te veía caer, y yo lloraba, lloraba sin cesar,
Maldiciendo el amor cultivado en nuestro corazón,
Quemando cada esperanza creada por mis manos.
Observaba tu cuerpo rompiendo las olas del viento
Cayendo tu alma en medio de arrepentimientos
Como una hoja verde cortada de su árbol.
Me sonreías sinceramente asimilando
Que aquel cielo no se estada deteriorando,
Sonreías mirando mi pálido rostro
Ajena a la apatía en que suavemente estabas acabando.

Perdía un amor en el filo de un abismo,
Percibía como lentamente se distanciaba de mí,
La densa niebla lo aprisionaba en el olvido.
Sentí como caía precipitadamente hasta extraviarse
Frente a un ciego que no observaba
Más allá de su incrédulo ser.

De repente mis lágrimas te atraparon
Y no caías mas, solo me mirabas sin parar.
Feliz era con la ilusión de volverte a amar,
Sonreí levemente y decidí ir por ti,
Pero vi tu rostro y me perdí en tu sonrisa,
Me confundía, me apaga, me sepultaba.
¿Qué sucede?
Cuestionaba agitadamente a mi alma.
Era yo el que caía por aquel abismo.

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