Amada mia

Finalizaba la tarde y con el crepúsculo
se dio lugar a una hermosa noche,
la cual cubria cada rincón con la oscuridad.
La luna se abrió paso entre las nubes,
asesinando el sol y adueñándose del cielo
que permanecería en tinieblas.
Una tenue luz en medio de la oscuridad,
iluminando un corazón que solo a la luna pertenece,
un corazón que late con su resplandor
y se alimenta de su inmaculado amor.

Tu eres la Luna que desgarro mi corazón y lo hizo eternamente suyo.

Te amo

lunes, 27 de septiembre de 2010

Es el viento fiel mensajero


Mi corazón labriego,
de las colinas de tu cuerpo es fiel aventurero.
Sus huellas heladas,
por la gran pradera cobertor de tu piel son dejadas.
Oh! mujer, que con tu existir existe mi mundo,
en tu aliento es soplada mi vida y el dolor es mudo,
¿En qué tramo te extravié? Pobre de mí, pobre vagabundo.

Los espesos bosques, junto con las rosas y orquídeas,
sucumbieron, y son cajas grises los recuerdos de cuando eras mía.
Que tonto!, si el cielo no será ni fue jamás dueño de la Luna,
-¿cómo arrebatar a una blanca paloma la libertad que la desnuda?-
Los astros duermen en el regazo del cielo,
no por necesitarlo, si no porque ellos así lo decidieron.

Mira, así se rige este amor ciego,
que en copos de nube te entrego,
para que te los entregue el viento, fiel mensajero,
porque, Amor, se que de mí, vuelas lejos.

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